Pretenden correr, cuando no caminamos

“Que con su vida hagan lo que quieran, pero que no se metan con los niños”, afirma Alejandro Alfaro al cuestionarle sobre la entrada en vigor de los matrimonios homosexuales en el Distrito Federal, la cual incluye la posibilidad de que estas parejas puedan adoptar un niño.

- ¿Cuál es tú opinión acerca de los matrimonios homosexuales en la Ciudad de México?

Inquieto, el piloto de la Copa turismo, juega con el desarmador entre sus manos; lo deja en la derecha, baja el rostro y comenta: “Yo creo que no tiene nada de malo, si bien ya tenían la ley de convivencia, creo que en nada afecta que se les reconozca de manera legal; por lo menos a mí no me crea ningún conflicto”.

El desarmador se vuelve a mover, las manos y la herramienta encuentran paz en el cofre del Mondeo que nutre su vida de adrenalina en cada una de las carreras: “Aunque honestamente creo que se trata de una medida populista, a falta de confianza en los jóvenes y los mayores, se está buscando por donde hallar un grupo que de un apoyo incondicional en las elecciones y es ahí donde metieron a la comunidad gay, insisto para mí no es problema, pero creo que si es una decisión política en busca de votos”.

Alfaro, como lo conocen en la Copa, se levanta y alza el cofre del automóvil, el cual debe quedar ajustado parta antes de la primera fecha el próximo 21 de marzo.

- Con respecto a ello, ¿tienes algún conocido que vaya a seguir este trámite?

“No, tenía un conocido gay, pero se fue a vivir a Culiacán ahora no conozco a nadie que esté en esa situación”, expresa, mientras las manos buscan el medidor del aceite y corroboran que ningún cable se encuentre flojo.

- Con respecto a la misma ley, ¿cómo ves que el IMSS se niega a darle seguridad social a los esposos del mismo sexo; además de qué ya se pueden iniciar trámites de adopción?

Reincorpora la espigada figura, mete la mano a su bolsa, saca una franela y comienza a limpiarse las manos: “Bueno, con lo del Seguro Social, creo que es absurdo, pues deberían de tener el mismo derecho que los demás, es decir de dar de alta a tu conyugue o pareja, pero otra cosa es la adopción”. Termina de frotarse las manos con el trapo gris y lo arroja al motor, prosigue: “Que con su vida hagan lo que quieran, pero que no se metan con los niños”.

“Son dos cosas muy diferentes, órale, querían ser reconocidos legalmente, ahí están, pero darles un niño es como decirles: toma, conviértemelo en gay, y no me pueden decir que no”.

“Un niño es como una esponja y si desde siempre ve que una familia está integrada por puros hombre o puras mujeres, después se le va a hacer de los más normal tener amoríos con personas del mismo sexo; además bien se sabe como son los homosexuales, muy pasionales que por traiciones y pirujos llegan hasta matarse. ¿Esa es la educación que quieren dejarle a los niños?, no, no es normal”.

- Si de repente, prohibieran las carreras de autos, aunque sea una actividad muy “normal”, ¿qué harías para evitarlo?

“Son dos cosas distintas, no tienen comparación, acá lo justificas y creo que es lo que hicieron para legalizar los matrimonios, pero lo de los niños no lo puedes justificar, en ocasiones sólo podría ser un capricho. Y obvio me movería con la federación y departamentos correspondientes para enseñar que no es algo que moleste a la sociedad”, explica, a la par de acomodarse la gorra buscar el desarmador entre el cofre y el parabrisas para ajustar una manguera.

- Por último, con esta ley, ¿crees que México da un paso para aceptar una nueva estructura de sociedad, o bien se pone a la vanguardia de países como Holanda, Bélgica o Canadá que aceptan esta clase de uniones?

De ninguna manera, creo que la condición del machismo en México sigue estando presente, que aunque yo no la comparto – menciona sin levantar la mirada – en muchos lados se sigue pensando que la mujer se debe quedar en casa; por eso te repito que es una medida populista”.

Levanta el rostro y concluye, mientras se limpia de nuevo las manos: “aparte creo que se adelantaron, se quieren adelantar en el tiempo, los que están en el poder están corriendo, cuando no aprendemos a caminar todavía”.